19 sept 2023
Las firmas electrónicas son cada vez más populares en Argentina, ya que ofrecen una forma segura y eficiente de firmar documentos electrónicamente. Sin embargo, es importante comprender los requisitos legales y regulatorios aplicables a las firmas electrónicas en Argentina antes de utilizarlas.
Ahora, la pregunta que todos se hacen es ¿Las firmas electrónicas son legales en Argentina?
Sí, las firmas electrónicas son legales en Argentina. La Ley 25.506, que regula las firmas digitales, establece que las firmas electrónicas tienen la misma validez jurídica que las firmas manuscritas.
¿Qué tipos de firmas electrónicas existen en Argentina?
La Ley 25.506 define dos tipos de firmas electrónicas:
Firma digital: es una firma electrónica que utiliza un algoritmo criptográfico para vincular un documento electrónico a un signatario y para garantizar la autenticidad e integridad del documento.
Firma electrónica: es cualquier otra firma electrónica que no sea una firma digital. Se trata de datos electrónicos que se integran o están asociadas a otros datos electrónicos de manera lógica pero que no cumplen con los requisitos necesarios para ser considerados firmas digitales. Algunos ejemplos de firmas electrónicas son las firmas insertadas en un correo electrónico, el botón "aceptar" que aparece al final de algunos términos y condiciones, o cualquier otro acuerdo que se confirme a través de un clic.
¿Qué documentos se pueden firmar electrónicamente en Argentina?
En general, se pueden firmar electrónicamente todos los tipos de documentos, salvo los que requieran una firma manuscrita o una escritura pública.
Las firmas electrónicas son una herramienta legal y segura que puede utilizarse para firmar documentos electrónicos en Argentina. Es importante comprender los requisitos legales y regulatorios aplicables antes de utilizarlas.
La firma electrónica es un método para firmar documentos electrónicamente que tiene la misma validez legal que una firma manuscrita. Para que una firma electrónica sea válida, debe cumplir con tres requisitos:
La identidad del firmante esté verificada;
El firmante haya expresado su voluntad de firmar el documento. Esto se puede hacer mediante un click, una pulsación de tecla o una firma manuscrita;
El documento no se haya alterado después de ser firmado. Esto se puede hacer mediante el uso de un algoritmo o cifrado.
La implementación de la firma electrónica en la gestión diaria de los negocios trae numerosos beneficios entre los que se encuentran:
Flexibilidad: Permite a las personas firmar documentos desde cualquier lugar y en cualquier momento, lo que es especialmente útil en el contexto actual de trabajo remoto.
Seguridad: La firma electrónica ayuda a proteger los documentos contra alteraciones o extravíos. Adicionalmente, los documentos obtienen exactamente el nivel de confidencialidad que necesitan, ya que sólo son accesibles por aquellas personas que disponen de autorización para ello.
Sostenibilidad: Reduce el uso del papel, lo que ahorra recursos y mejora la accesibilidad de la información.
Adicionalmente, la firma electrónica permite aprovechar los beneficios de la implementación de workflows de firma, agregando participantes al proceso y decidiendo el orden de cada uno de los firmantes.
Los procesos de firma electrónica que cumplen estos requisitos pueden utilizarse en una amplia gama de escenarios, tanto remotos como presenciales. Algunos ejemplos son:
Firma de documentos laborales: Los empleados pueden firmar sus contratos de trabajo, recibos de pago y otras documentos de recursos humanos electrónicamente.
Firma de documentos gubernamentales: Los funcionarios públicos pueden firmar leyes, decretos y otros documentos gubernamentales electrónicamente.
Firma de contratos comerciales: Las empresas pueden firmar contratos con clientes y proveedores electrónicamente.
Firma de documentos financieros: Las instituciones financieras pueden firmar pólizas de seguro, préstamos y otros documentos financieros electrónicamente.
El proceso de firma electrónica puede realizarse de diferentes maneras, pero en todos los casos debe garantizarse la validez legal de la firma.
En resumen, la firma electrónica emerge como una herramienta esencial en un mundo cada vez más digitalizado y remoto. Su validez legal respaldada por la identificación del firmante, su voluntad y la inalterabilidad del documento después de la firma, la convierte en una solución versátil y confiable para una amplia gama de escenarios, desde la gestión de recursos humanos hasta transacciones comerciales y financieras. Al adoptar la firma electrónica, no solo se agilizan los procesos, sino que también se garantiza la seguridad y la autenticidad en la era digital.
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